El Día Grande: 22 de Julio

llaniscasPIEZAS DE QUE CONSTA UN TRAJE DE ALDEANA  

  • Blusas o “Chambra”: de hilo blanco con encajes, puntillas y tiras bordadas en las mangas, que se pueden ser cortas, pero generalmente se usan más las de manga larga. Se adornan con pasa cintas que se rematan en las muñecas a modo de lazos del mismo tono que el pañuelo, justillo, mandil y banda.
  • Enaguas o “Sayas”: también de color blanco, adornadas con encajes (incluso algunas con encajes legítimos) tiras bordadas, puntillas y a veces con pasa cintas y lazos iguales a las mangas.
  • Pololos: son una especie de calzones  hasta la rodilla, también de hilo blanco y adornos de encajes y puntillas, se rematan a la altura de la rodilla con un lazo similar a los anteriores. Generalmente hoy los usan las chicas integrantes de los grupos folklóricos, para bailar El Pericote y otros bailes llaniscos.
  • Justillo, Corpiño o Jubón: completamente ceñido al cuerpo, se ajusta en el delantero por un cordoncillo o “guyeta”. Para su confección se usan damascos,  brocados de seda y oro o plata. No lleva bordados de azabache, pero si puede llevarlos en hilo de oro o plata.
  • Solitaria, Dengue o Rebociño: suele estar confeccionado en terciopelo negro nunca de otro color, va completamente bordada con variados motivos en azabache, que en Llanes se llama “coral”. Esta bordeada por un fleco de varios tamaños, antiguamente eran cortos dejando ver el dibujo del justillo hoy se hacen demasiado largos llegando a ser incómodos, porque se enganchan en cualquier sitio y no dejan ver el tejido del justillo. El borde interior se remata por dos puntillas estrechas de encaje una blanca y la otra negra. Siempre debe cruzar hacia el lado derecho. Esta pieza dependiendo de sus bordados puede llegar a pesar 1.5 kilos o más.
  • Mandil o Delantal: puede ser de forma redondeada o cuadrada y el tamaño varía, los antiguos eran más grandes y hoy se está volviendo a esa tendencia. La tela usada para su confección suele ser la misma que el justillo, pero no obstante puede usarse el terciopelo negro o de color. Va bordado en azabache y rematado su borde por flecos y “pingos”.
  • Falda: es de amplio vuelo, fruncida en la cintura por pequeños pliegues. Estos configuran un peculiar entramado conocido como “trancajilu”, es lo más difícil e importante, de él depende que la falda presente un aspecto airoso y elegante. Lo curioso es que no se ve, va tapado por los flecos de la solitaria. Los adornos de la falda están concentrados en la parte inferior y consisten en cintas de terciopelo negro que se alternan con agremanes y bordados en azabache y en algunos casos pasamanería, siempre negros.
  • Chaquetilla: de pequeño tamaño como un bolero. Antiguamente se usaba a veces, hoy lo normal es llevarla prendida sobre el hombro izquierdo, de modo que una manga caiga hacia atrás y la otra hacia delante. Para que esté correctamente doblada, el adorno del talle y del cuello ha de coincidir, quedando el primero hacia el brazo y el segundo hacia el interior del hombro. Se confecciona en la misma tela que la falda, y los adornos son iguales, dispuestos a lo largo del talle, cuello, delanteros y bocamanga. Se adorna con la flor distintiva de cada bando, en el caso de La Magdalena con uno o dos claveles rojos prendidos en el hombro.
  • Banda o “sígueme pollo”: es una gran lazada atada al mandil que cae sobre el lado derecho de la cadera. Suele ser del mismo color que el justillo, mandil y pañuelo. Antes eran de seda natural y estampadas, procurando entonar con el colorido del traje. Hoy suelen ser de raso, moaré o de la misma tela que el pañuelo.
  • Pañuelo: es la parte más importante y su colocación es lo que caracteriza al traje de llanisca. La forma de colocarlo se llama “repicar”, aunque hoy la frase más usada es la de “poner el pañuelu”. Va sujeto sobre un moño llamado de “picaporte” y prendido por alfileres formando las “lorzas” (normalmente tres) luego se hace un nudo sobre el moño, y los dos picos deben sobresalir por encima de la cabeza. Una vez colocado, se oyen las alabanzas o las críticas sobre si está bien o mal “repicau”. No se puede colocar por una misma, debe hacerlo otra persona. Está confeccionado en una tela igual al justillo, puede ser liso o estampado, nunca bordado  en azabache y tampoco de terciopelo, los más lucidos son de seda natural. La complicación que presenta este pañuelo, nos lleva a recordar los complicados tocados que adornaban a la mujer en el siglo XVI a lo largo de toda la costa cantábrica; estas tocas están documentadas desde Ribadesella (Principado de Asturias) hasta las costas guipuzcoanas y en algunas zonas de Álava y Burgos.
  • Medias: antes tejidas en lana o hilo, de color hueso o azul cielo. Luego al enriquecerse el traje se usaron de seda natural y encaje legítimo negras o de color marfil; estas estaban al alcance de pocas personas por su elevado precio; aún hoy se conservan algunas cercanas al siglo. Actualmente se usan pantys de encaje, con calados y otros motivos. Los colores son negro para las más mayores y blancas para las jovencitas. Las niñas a menudo siguen usando las tejidas en lana o perlé y, de color azul o blanco.
  • Zapatos: son escotados de piel negra o de charol, a veces adornados con un lazo o una hebilla. Suelen ser de medio tacón y actualmente también se usa los zapatos atados con cordones, sobre todo los grupos folklóricos. Nunca se usan las madreñas. Las corizas y escarpinos es el calzado usado por los porruanos y por los niños, siempre se llevan con medias de lana. La aldeana más mayor nunca los usa.
  • Aderezos y joyas: se llevan collares de coral rojo, también de azabache de diversos largos. A modo de gargantilla, se usa una cinta de terciopelo negro de un dedo de ancho y en ella un colgante que puede ser un camafeo, un “lignum crucis” o una medalla. También una larga cadena de oro en la que se lleva el reloj. Los pendientes son largos en oro o plata y con coral rojo. También se utilizan broches de los mismos materiales para sujetar la solitaria y la chaquetilla. Normalmente no se usan pulseras ni anillos. Algunas llevan una larguísima cadena de la que cuelga el abanico y va sujeta al lado izquierdo de la cadera.
  • Todos estos adornos dependen del poder adquisitivo de cada uno, – aunque hoy día existen en el mercado auténticas maravillas de bisutería -. Estas piezas no se alquilan con el traje. Nunca se llevan perlas u otros aderezos de otras piedras que no sean corales, estos son los típicos y tradicionales.
  • En cuanto a los colores los más antiguos son los tonos cercanos a la tierra: marrones, avellana, verde hoja seca: también es muy tradicional el granate (sangre de toro); el color negro está muy extendido pero es un tono relativamente moderno para el traje de llanisca. Hoy los colores abarcan todas las gamas del colorido: negro, grises, morados, malvas, azul marino, azulones, verde botella, verde hoja seca, marrones, avellanas, ocres, granates, rojos. Todos estos tonos son los usados para confeccionar la falda y chaquetilla, para el justillo, mandil, pañuelo y banda, los colores se amplían y son más luminosos: fucsias, magentas, rosas, salmones, azules, turquesas, verde agua, verde manzana, rojos, bermellón, amarillos, dorados, calderas, etc.